DE LO DE BILBAO, ISRAEL, LA HUMANIDAD Y EL DINERO
Cuando Esparta y Atenas paraban la guerra para los “Juegos” era una decisión política.
Cuando Tom Smith y John Carlos levantaron el puño en el pódium de México68 y contaron con el apoyo de Peter Norman, los tres estaban tomando una decisión política.
Cuando Bartali pedaleaba engañando al fascismo con su cuadro repleto de papeles para salvar vidas de condenados judíos, etc. aprovechándose del régimen que lo quería para blanquearse, también estaba tomando una decisión política.
Que Katherine Switzer decidiese correr la maratón pese a todo fue una decisión política. Exactamente igual que el juez que se lanzó a sacarla empujones que también estaba haciendo política o su entrenador que la defendió que también estaba haciendo política.
Cuando Mandela busca un modo de unificar su país tras el apartheid, incluso tras haber sufrido en su carne la dureza del régimen, encuentró en el rugby y el apoyo a un solo equipo representantes de la nación el arma más eficiente para hacer política.
En 2021, en el europeo, cuando las jugadoras noruegas se niegan a jugar en bragas y optan por pantalones cortos tipo mallas y denuncian el sexismo tras la indumentaria oficial estaban haciendo política, del mismo modo que que la federación las multase fue una decisión política y que Pink mostrase su apoyo público a estas mujeres y se ofreciera a pagar la multa también fue una decisión política.
Sí, el deporte ES política.
Como lo es cuanto tiempo dejas correr el agua en la ducha, dónde y cuánta ropa compras, el rato que pasas en tu teléfono, el tipo de redes sociales que consumes, qué piensas y dices de tus semejantes, qué tipo de comida compras y consumes, de qué modo ves al resto y cómo te ves a ti misma. Todo es política.
Pero otro mítico deportista nos dio años después la respuesta a por qué todo se ha tergiversado:
Cuando Jesse Williams dijo que “cuando abres los puños, tienes a la vista tus dedos, que son frágiles. La única ocasión en que el puño cerrado tiene significado es cuando tienes dinero agarrado”
Hoy es eso, el dinero que abarcamos, aquello que nos parece que es la prioridad primera del ser humano.
Para todos nosotros y nosotras las cosas han dejado de tener valor para tener precio. Por eso estamos renunciando a la lucha de nuestros antepasados por los derechos civiles y laborales sin darnos cuenta de que TODO LO QUE HACEMOS es política y conforma nuestro escenario.
Negar las protestas, las luchas humanas por principios básicos, etc. nos perjudica en lo más profundo, pero no nos damos ni cuenta.
Dejamos de plantar cara y retrocedemos cada día pensando que no se puede hacer otra cosa, que sobre todo hay que huir de la incomodidad y de cualquier cosa que pueda desequilibrar el sistema. Miramos el puño que sujeta a penas una limosna y nos agarramos a ella pasando de todo lo demás, haciendo invisible el dolor, el sufrimiento y la injusticia que nos envuelve, Y NOS ATRAVIESA, también a nosotr@s.
Pensamos sólo en lo que nos gusta, en el capricho, el hobbie… el Soma. Tememos más que nada en el mundo perderlo porque de que sucediera tocaría mirar alrededor y encontrar el yermo desierto que con nuestra desgana (e incluso lucha activa) hemos ayudado a construir a nuestro alrededor.
Trabajas y salen bici unas horas determinadas porque alguien puso el cuerpo para que tú tuvieras la jornada de 8 horas. Y hoy eres capaz de dejarte partir la cara por no incomodar al jefe.
Puedes salir en bicicleta porque hay un sistema de seguridad que funciona más o menos y unas normas de tráfico que nos hemos dado entre todos y sin embargo te dejas partir la cara si tu alcalde/presidente es de un color concreto o lleva una bandera concreta de pulsera aunque legisle contra tu seguridad en la carretera u obvie mejoras sólo por de dónde vienen las propuestas.
Tienes un millón de productos, más o menos innecesarios, en el mueble de la cocina para tus batidos antes y después del entreno que te tomas con los ojos cerrados porque alguien puso su vida y su lucha para conseguir legislación que nos proteja de alimentos potencialmente tóxicos y sin embargo hoy eres capaz de encararte a quién sea que proponga avanzar en salud alimentaria.
Defiendes a deportistas y organizaciones deportivas sin plantearte si las decisiones que toman tienen o no una mínima moral básica por el hecho de sentir tus hormonas excitarte sin darte cuenta de que el pensamiento de que un ser humano para ti sea “una cosa” el día de mañana conllevará que sin el menor remordimiento tú mismo pierdas la humanidad para ser una “cosa” prescindible para el resto.
Tu ciclismo es política y el de tus héroes también.
Los y las deportistas son símbolos. Son personas admiradas y alzadas a los cielos por el pueblo por verles capaces de sobrepasar su propia humanidad física y mental. Son el símbolo de lo que podemos llegar a ser. Seguimos su estela. Pero no por superar su humanidad dejan de ser humanos. No son cosas, no son droides, no son vallas publicitarias. Son personas que tienen un altavoz inmenso que pueden usar sin ni siquiera hablar. Son reflejo de un país, de una cultura, de unas ideas.
Por eso es tan importante recordarles que la escala de valores humanas no es negociable y que cosas como la vida de un bebé hambriento no vale menos que el cumpleaños del tuyo, que tu cabreo por no subir encima de un pódium no está por encima de la reivindicación del pueblo contra un genocidio y que a la hora de firmar un contrato con alguien, la cantidad de euros del texto no está por encima de blanquear sistemas autoritarios, asesinos, homófobos o machistas firmando con una pluma cuya tinta en es otra cosa que sangre de inocentes semejantes a ti.
El deporte SIEMPRE es política. Porque todo lo que nos interpela como humanos lo es.
Eso sí, la política no es deporte. Y tampoco es dinero como te quieren hacer creer.
La política no es contigo o contra ti. Es absurdo creer eso. Se pueden y se deben tener en cuenta los matices. Porque la complejidad es la norma no la excepción. La perspectiva y la reflexión son el único modo de llegar a comprenderlo y poder enfrentarla para poder decidir mejor.
La política no es dinero porque los servicios públicos tales como, en nuestro caso, el deporte inclusivo, el apoyo a las categorías inferiores, la ayuda y subvención al deporte amateur, la apuesta por la organización de pruebas… no son una inversión en busca de retorno. Son el fin en si mismo. Son una idea de territorio y de sociedad.
Y si ves a algunos decir que la política ES dinero/economía, huye y recuerda no votarlos nunca. Porque es tu responsabilidad darte valor o ponerte precio. De ti depende.
El punto de hoy:
Genocidio de Israel.
El genocidio está mal. Hace 20 años nadie en su sano juicio hubiera defendido por ningún tipo de motivo el Holocausto. Nadie. ¿Qué ha pasado para que hoy lo jusitifiquemos?
El terrorismo está mal. Y aquí sabemos bien de eso. Hay que luchar unidos y unidas contra el terrorismo. Siempre.
Israel en manos de los sionistas de Netanyahu es un estado genocida. No es el pueblo judío. Es el estado sionista de Israel.
Matar niños es una aberración. Da igual si tienen un familiar terrorista, asesino…. Son niños inocentes. Y como ellos la mayor parte de la población pacífica de la franja y de Cisjordania es inocente. Ser musulmán no es ser terrorista. No hay justificación para lo que ocurre.
Otros países como Arabia Saudí y EEUU están cometiendo otra atrocidad similar en el Yemen. Sí, absolutamente. Todos los gobiernos que se excusan en intereses económicos para hacer una purga en sus territorios y vaciarlos de sus gentes legítimas dueñas de la tierra son uno gobiernos de asesinos e inhumanos.
¿Quién pone a EEUU a gobernar el corral siendo un país en absoluta decadencia moral, social y económica? Nosotros. Con nuestros votos.
¿quién ayuda a Israel? EEUU. Ergo nosotros con nuestros votos.
¿quién les vende armas? Ellos y nosotros. Con nuestros votos.
Etc…
En la vida el 100% de las veces no se trata de encontrar la respuesta. De esas hay millones y la mayoría de las veces el sistema te la inocula en el cerebro para que no tengas más que elegir la que te pone las cosas más fáciles.
En la vida se trata de encontrar preguntas, muchas, todas las posibles para que puedas llegar a dibujar el paisaje a analizar con el mayor número de detalles.
Entonces, tras la invasión rusa se expulsa a los equipos rusos de todas partes. Ergo, tras la ocupación sionista se puede hacer lo mismo. No hay motivo legal o moral para que deportistas y equipos que corran con el símbolo del estado sionista de Israel sigan validándose y blanqueando sus barbaries en nuestros países.
Dejar claro como humanidad que hay unos mínimos derechos humanos, una mínima ética que cumplir entre nosotros y nosotras es trabajo de todos y todas. Forzar la exclusión del mundo “mínimamente” asentado en unos valores universales de dignidad y justicia social conllevará que en el futuro sean quiénes pretenden saltárselos (o se los saltan a todas luces) reduzcan esa creencia de que son invencibles e intocables. Israel y los demás.
Que Israel tome hoy la salida no es una decisión deportiva. Es una decisión política y no basada en los valores o ideas del pueblo si no en los intereses económicos de unos cuantos. Y eso es sencillo de comprobar, como se suele decir: sigue el dinero.
Validar hoy a Israel valida el resto de barbaries que suceden hoy en el mundo y recuerda a la población que su seguridad y su defensa va a depender de cuánto pueden pagar por ella. Es así de triste. Eso es lo que estamos haciendo. Creernos dioses decidiendo quién puede y quién no seguir en el sistema aunque sean unos asesinos siempre que paguen bien sin darnos cuenta de que nosotros, ninguno, podremos pagar el precio el día que sea a nosotros a quien se nos reclame. Entonces seremos las víctimas del sistema que hemos construido.
Ya lo somos, aunque no nos demos cuenta.
Es cierto, la lucha individual o de grupo no cambia el mundo mañana. Es verdad. Pero cambia tu mundo, tu mentalidad y da un grito en el planeta que tiene ecos donde menos te lo esperas. Recuerda a nuestros hijos que su mundo puede ser mejor que la mierda que nos han legado a nosotros y nos devuelve la Fé en que habrá siempre quien luche por ideas de justicia, equidad, igualdad y derecho a una vida digna.
Nos recuerda que las cosas nunca han sido “siempre así”, que el mundo cambia a velocidades increíbles y que siempre es por los movimientos y decisiones de los pueblos, no de uno sinó del grupo. Que todo puede ser distinto. Que hay alternativas. Que la única idea por la que creemos que algo es imposible es porque no la hemos llevado a cabo. Y eso devuelve la alegría, la esperanza y el compromiso de ciudadanía que nos conecta a unos y a otros y nos interpela en reivindicaciones, manifestaciones, concentraciones, elecciones, fiestas, eventos deportivos…
Que si Israel quiere salir que todos los demás se pueden plantar. Que la organización puede permitir las protestas ayudándose del pelotón para que la reividicación sea más segura. Porque la reivindicación es lo imprescindible. Es lo demás lo secundario y por ello quienes tienen que posicionarse son los deportistas y organización para “estar seguros” y sobre todo, en paz consigo mismos. Seguridad ante todo. PARA TODOS. Sobre todo para las víctimas indefensas que no pueden defenderse.
Porque no tomar partido no existe como opción, porque el silencio es cómplice y porque tus palabras, tuits, etc. reflejan todo sobre cuanto de humano hay en tu interior. Y del mismo modo cómo pedaleas hoy, cómo lo harás mañana, cómo lo harán tus ídolos y qué decisiones personales y deportivas toman marcan el futuro de toda la sociedad.
Tu actitud reflexiva, comprometida y humana lo es todo, por que cuando juegan contigo como conejillo de indias en el laboratorio de sus parqués búrsatiles, despachos y resorts, o alguien abre la jaula o tened por seguro que moriréis esclavos, envenenados y torturados dentro de esos barrotes que tanto defiendes.